“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

Archivo para agosto, 2008

Proverbios 15

Proverbios 15

1LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
2La lengua de los sabios adornará la sabiduría: Mas la boca de los necios hablará sandeces.

3Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando á los malos y á los buenos.

4La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.

5El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo.

6En la casa del justo hay gran provisión; Empero turbación en las ganancias del impío.

7Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios.

8El sacrificio de los impíos es abominación á Jehová: Mas la oración de los rectos es su gozo.

9Abominación es á Jehová el camino del impío: Mas él ama al que sigue justicia.

10La reconvención es molesta al que deja el camino: Y el que aborreciere la corrección, morirá.

11El infierno y la perdición están delante de Jehová: ¡Cuánto más los corazones de los hombres!

12El escarnecedor no ama al que le reprende; Ni se allega á los sabios.

13El corazón alegre hermosea el rostro: Mas por el dolor de corazón el espíritu se abate.

14El corazón entendido busca la sabiduría: Mas la boca de los necios pace necedad.

15Todos los días del afligido son trabajosos: Mas el de corazón contento tiene un convite continuo.

16Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay turbación.

17Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio.

18El hombre iracundo mueve contiendas: Mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.

19El camino del perezoso es como seto de espinos: Mas la vereda de los rectos como una calzada.

20El hijo sabio alegra al padre: Mas el hombre necio menosprecia á su madre.

21La necedad es alegría al falto de entendimiento: Mas el hombre entendido enderezará su proceder.

22Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.

23Alégrase el hombre con la respuesta de su boca: Y la palabra á su tiempo, ¡cuán buena es!

24El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del infierno abajo.

25Jehová asolará la casa de los soberbios: Mas él afirmará el término de la viuda.

26Abominación son á Jehová los pensamientos del malo: Mas las expresiones de los limpios son limpias.

27Alborota su casa el codicioso: Mas el que aborrece las dádivas vivirá.

28El corazón del justo piensa para responder: Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.

29Lejos está Jehová de los impíos: Mas él oye la oración de los justos.

30La luz de los ojos alegra el corazón; Y la buena fama engorda los huesos.

31La oreja que escucha la corrección de vida, Entre los sabios morará.

32El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma: Mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento.

33El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría: Y delante de la honra está la humildad.

Israel en el desierto

1Y PARTIENDO de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, á los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.
2Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;

3Y decíanles los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos á las ollas de las carnes, cuando comíamos pan en hartura; pues nos habéis sacado á este desierto, para matar de hambre á toda esta multitud.

4Y Jehová dijo á Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y cogerá para cada un día, para que yo le pruebe si anda en mi ley, ó no.

5Mas al sexto día aparejarán lo que han de encerrar, que será el doble de lo que solían coger cada día.

6Entonces dijo Moisés y Aarón á todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto:

7Y á la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; que nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?

8Y dijo Moisés: Jehová os dará á la tarde carne para comer, y á la mañana pan en hartura; por cuanto Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él: que nosotros, ¿qué somos? vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.

9Y dijo Moisés á Aarón: Di á toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos á la presencia de Jehová; que él ha oído vuestras murmuraciones.

10Y hablando Aarón á toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová, que apareció en la nube.

11Y Jehová habló á Moisés, diciendo:

12Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Entre las dos tardes comeréis carne, y por la mañana os hartaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.

13Y venida la tarde subieron codornices que cubrieron el real; y á la mañana descendió rocío en derredor del real.

14Y como el rocío cesó de descender, he aquí sobre la haz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una helada sobre la tierra.

15Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos á otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.

16Esto es lo que Jehová ha mandado: Cogereis de él cada uno según pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.

17Y los hijos de Israel lo hicieron así: y recogieron unos más, otros menos:

18Y medíanlo por gomer, y no sobraba al que había recogido mucho, ni faltaba al que había recogido poco: cada uno recogió conforme á lo que había de comer.

19Y díjoles Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.

20Mas ellos no obedecieron á Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y pudrióse; y enojóse contra ellos Moisés.

21Y recogíanlo cada mañana, cada uno según lo que había de comer: y luego que el sol calentaba, derretíase.

22En el sexto día recogieron doblada comida, dos gomeres para cada uno: y todos los príncipes de la congregación vinieron á Moisés, y se lo hicieron saber.

23Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo sábado, el reposo de Jehová: lo que hubiereis de cocer, cocedlo hoy, y lo que hubiereis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.

24Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según que Moisés había mandado, y no se pudrió, ni hubo en él gusano.

25Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es sábado de Jehová: hoy no hallaréis en el campo.

26En los seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es sábado, en el cual no se hallará.

27Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día á recoger, y no hallaron.

28Y Jehová dijo á Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?

29Mirad que Jehová os dió el sábado, y por eso os da en el sexto día pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su estancia, y nadie salga de su lugar en el séptimo día.

30Así el pueblo reposó el séptimo día.

31Y la casa de Israel lo llamó Maná; y era como simiente de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.

32Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Henchirás un gomer de él para que se guarde para vuestros descendientes, á fin de que vean el pan que yo os dí á comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de Egipto.

33Y dijo Moisés á Aarón: Toma un vaso y pon en él un gomer lleno de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes.

34Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó á Moisés.

35Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que entraron en la tierra habitada: maná comieron hasta que llegaron al término de la tierra de Canaán.

36Y un gomer es la décima parte del epha.

Éxodo 16