La Alianza Transpacífico (TPP), El Acuerdo de Asociación de Comercio e Inversión Transatlántica (TTIP), y el Acuerdo de Comercio y Servicios (TISA) representan la mayor toma de poder por parte de las corporaciones multinacionales en la historia del planeta.
Como están las cosas hoy en día, las corporaciones dictarán al resto de nosotros lo que ellas quieren que hagamos, hablemos y comamos en el siglo 21.
Las corporaciones dictarán a los gobiernos y las personas de todo el mundo lo que pueden y no pueden hacer sobre todos los aspectos de sus vidas. Asistencia sanitaria, alimentación, comercio, información, agricultura, manufactura y cualquier otra área de la vida cotidiana de las personas se regirá por dictados corporativos.
Cuando los tres tratados, cuyos detalles son secretos, estén totalmente aprobados y ejecutados, las corporaciones estarán oficialmente bajo el control de dos tercios de los recursos mundiales.
Si las corporaciones consiguen lo que quieren, sus dueños podrán demandar a los gobiernos nacionales por acciones y decisiones que ahora se son consideradas normales, tales como la fijación de salarios, mejoras en las condiciones de trabajo y supervisión de seguridad de los productos que se venden en todo el mundo.
En virtud de las reglas establecidas en los tres llamados acuerdos comerciales, que son muchas cosas, menos acuerdos para mejorar el comercio, los Estados Unidos dictarán condiciones para que sus corporaciones sean las más beneficiadas, ya que todos los países participantes tendrán que abrir sus mercados a la carne de animales criados con la hormona del crecimiento, frutas y verduras contaminadas con organismos genéticamente modificados y otros productos poluídos con herbicidas y pesticidas.
Otras áreas que se verán afectadas por estos acuerdos comerciales falsos incluyen el agua, o la falta de ella, la educación, los servicios de correos y de salud pública. En las condiciones establecidas en el área de la salud, las empresas tienen la intención de garantizar la denegación de servicio para ciertos segmentos de la población, incluidas las personas mayores y la mayoría de los que viven en países subdesarrollados.
Según Matt Kennard, del Centro para el Periodismo de Investigación, en virtud de estos acuerdos, las corporaciones no sólo quieren acumular más poder, sino también quieren que sea imposible que la gente y los gobiernos nacionales reviertan los cambios que van a darles el poder. En este sentido, la aprobación masiva de estos tratados sin duda significaría la codificación de un gobierno mundial corporativo.
” ¿Qué es democrático sobre una enorme imposición de poder sobre los países cuyos ciudadanos no tienen forma de saber lo que está pasando, o pueden debatir o influir en su gobierno o en su decisión? Eso es antidemocrático”, explica el periodista John Pilger.
“La historia de estos acuerdos demuestran que son muy difíciles de cambiar, a menos que la gente pueda ver lo que hay en ellos”, afirma Julian Assange. “Es por eso que se mantienen en secreto, ya que cuando el contenido se revela, este genera una oposición.”
La organización Wikileaks, liderada por Assange, está recaudando 100.000 euros para obtener detalles sobre el Acuerdo Transatlántico, cuyos detalles son desconocidos. “Esto es algo enorme, se trata de un control final, y es los Estados Unidos diciendo, que puede haber otro poder en el mundo, pero que ellos serán el poder supremo”, dice Pilger.
La aprobación de los tres acuerdos por los Estados signatarios no solamente se trata de dar a una corporación el poder de invadir un mercado y destruir la competencia, sino de dar a las corporaciones estadounidenses superioridad sobre cualquier y todos los gobiernos en Asia, Europa y las Américas.
La llegada de nuevas potencias económicas como China y países emergentes como Brasil y Sudáfrica llevó a Estados Unidos a buscar la formación de un bloque global de naciones que estuvieran dispuestas a cumplir con sus deseos comerciales y mercantiles.
Mientras que en Asia los EE.UU. tienen la intención de impulsar la actividad económica lejos de China, en América Latina el gobierno de Estados Unidos busca mover toda la actividad comercial lejos de Brasil.
La creación de organizaciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras de similar estatura, buscó consolidar el poder estadounidense en esas zonas, para que sus corporaciones tuvieran un acceso fácil a los mercados globales. Sin embargo, el ascenso de China, Rusia y los BRICS, hizo que el gobierno de Estados Unidos empezara a trabajar cada vez más estrechamente con sus controladores corporativos para consolidar su poder aún más.
La “democratización” de las organizaciones como la OMC con China y la India cada vez más influyentes en las decisiones que se estaban realizando en sus reuniones, obligó a Estados Unidos a ser más agresivo en su intento de recuperar el poder.
El TPP, TTIP y TISA tratan de eludir las instituciones democráticas en todos los estados miembros al ordenar que, ya sea por la Orden Ejecutiva o la aprobación del Congreso, los países den luz verde a la aprobación de una adquisición corporativa generalizada de sus asuntos más importantes.
Las tres grandes de T, son parte de una nueva guerra geopolítica, con batallas que se libran en todo el planeta. Por un lado está Estados Unidos, respaldado por corporaciones multinacionales cuyo objetivo es destruir a los Estados-nación, la soberanía y la democracia con la complicidad de políticos mercenarios, y por otro lado están los pueblos del mundo que no saben nada acerca de los tratados o la forma en que impactarán sus vidas ahora y en el futuro.
“La idea básica que viene a través de la lectura de los documentos de estrategia de Estados Unidos, es la construcción de un nuevo gran recinto para poner dentro a Estados Unidos y otros 51 países, 1,6 millones de personas y dos tercios del PIB mundial”, dice Assange.
“El objetivo estadounidense es integrar Latinoamérica fuera de Brasil y hacia los Estados Unidos, al sureste Asiático integrarlo lejos de China y hacia los EE.UU., y de integrar Europa occidental lejos de Eurasia en su conjunto y hacia el Atlántico.”
“Me parece increíble, así que algo que es un acuerdo comercial, no es algo que es una cuestión de vida o muerte en términos de seguridad, donde tal vez usted pueda comprender algunas restricciones, sino un acuerdo comercial, que ni siquiera podemos realmente tomar notas acerca de qué es lo que estamos leyendo, cuestiones que podemos llevarnos para analizar, lo que en realidad nos pueda tranquilizar, ya sabes, si queremos realmente aprender y estudiarlo en profundidad “, cuestiona Jean Lambert, una miembro del Partido Verde del Parlamento de la UE.
Aquí están las listas de los países que han mostrado su interés en formar parte de estos tratados. Si usted vive en uno de estos países, es el momento de ponerse en contacto con el presidente y los representantes del Congreso para que voten en contra de la aprobación de todos ellos.
La Alianza del Pacífico (TPP)
Los Estados Unidos, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
El Acuerdo de Asociación de Comercio e Inversión Transatlántica (TTIP)
Los Estados Unidos y toda Europa Occidental.
El Acuerdo de Comercio y Servicios (TISA)
Australia, Canadá, Chile, China Taipei, Colombia, Costa Rica, la Unión Europea, Hong Kong, China, Islandia, Israel, Japón, Corea, Liechtenstein, Mauricio, México, Nueva Zelanda, Noruega, Pakistán, Panamá, Perú, Suiza, Turquía y los Estados Unidos.
Fuente
Cristo Viene Pronto 2 
Escrito
en enero 5, 2016