“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

Archivo para febrero, 2009

Ejemplos De Fe’

Hebreos 11

1ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.

2Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos.

3Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.

4Por la fe Abel ofreció á Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio á sus presentes; y difunto, aun habla por ella.

5Por la fe Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado á Dios.

6Empero sin fe es imposible agradar á Dios; porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

7Por la fe Noé, habiendo recibido respuesta de cosas que aun no se veían, con temor aparejó el arca en que su casa se salvase: por la cual fe condenó al mundo, y fué hecho heredero de la justicia que es por la fe.

8Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber dónde iba.

9Por fe habitó en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en cabañas con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa:

10Porque esperaba ciudad con fundamentos, el artífice y hacedor de la cual es Dios.

11Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente; y parió aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido.

12Por lo cual también, de uno, y ése ya amortecido, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena inmunerable que está á la orilla de la mar.

13Conforme á la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra.

14Porque los que esto dicen, claramente dan á entender que buscan una patria.

15Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse:

16Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad.

17Por fe ofreció Abraham á Isaac cuando fué probado, y ofrecía al unigénito el que había recibido las promesas,

18Habiéndole sido dicho: En Isaac te será llamada simiente:

19Pensando que aun de los muertos es Dios poderoso para levantar; de donde también le volvió á recibir por figura.

20Por fe bendijo Isaac á Jacob y á Esaú respecto á cosas que habían de ser.

21Por fe Jacob, muriéndose, bendijo á cada uno de los hijos de José, y adoró estribando sobre la punta de su bordón.

22Por fe José, muriéndose, se acordó de la partida de los hijos de Israel; y dió mandamiento acerca de sus huesos.

23Por fe Moisés, nacido, fué escondido de sus padres por tres meses, porque le vieron hermoso niño; y no temieron el mandamiento del rey.

24Por fe Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón;

25Escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de comodidades temporales de pecado.

26Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los Egipcios; porque miraba á la remuneración.

27Por fe dejó á Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.

28Por fe celebró la pascua y el derramamiento de la sangre, para que el que mataba los primogénitos no los tocase.

29Por fe pasaron el mar Bermejo como por tierra seca: lo cual probando los Egipcios, fueron sumergidos.

30Por fe cayeron los muros de Jericó con rodearlos siete días.

31Por fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo recibido á los espías con paz.

32¿Y qué más digo? porque el tiempo me faltará contando de Gedeón, de Barac, de Samsón, de Jephté, de David, de Samuel, y de los profetas:

33Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones,

34Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños.

35Las mujeres recibieron sus muertos por resurrección; unos fueron estirados, no aceptando el rescate, para ganar mejor resurrección;

36Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles;

37Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;

38De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

39Y todos éstos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa;

40Proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen perfeccionados sin nosotros.

Su simiente será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.

Salmos 89

1LAS misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; En generación y generación haré notoria tu verdad con mi boca.

2Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los mismos cielos apoyarás tu verdad.

3Hice alianza con mi escogido; Juré á David mi siervo: diciendo.

4Para siempre confirmaré tu simiente, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah.)

5Y celebrarán los cielos tu maravilla, oh Jehová; Tu verdad también en la congregación de los santos.

6Porque ¿quién en los cielos se igualará con Jehová? ¿Quién será semejante á Jehová entre los hijos de los potentados?

7Dios terrible en la grande congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor suyo.

8Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu verdad está en torno de ti.

9Tú tienes dominio sobre la bravura de la mar: Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

10Tú quebrantaste á Rahab como á un muerto: Con el brazo de tu fortaleza esparciste á tus enemigos.

11Tuyos los cielos, tuya también la tierra: El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.

12Al aquilón y al austro tú los criaste: Tabor y Hermón cantarán en tu nombre.

13Tuyo el brazo con valentía; Fuerte es tu mano, ensalzada tu diestra.

14Justicia y juicio son el asiento de tu trono: Misericordia y verdad van delante de tu rostro.

15Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte: Andarán, oh Jehová, á la luz de tu rostro.

16En tu nombre se alegrarán todo el día; Y en tu justicia serán ensalzados.

17Porque tú eres la gloria de su fortaleza; Y por tu buena voluntad ensalzarás nuestro cuerno.

18Porque Jehová es nuestro escudo; Y nuestro rey es el Santo de Israel.

19Entonces hablaste en visión á tu santo, Y dijiste: Yo he puesto el socorro sobre valiente; He ensalzado un escogido de mi pueblo.

20Hallé á David mi siervo; Ungílo con el aceite de mi santidad.

21Mi mano será firme con él, Mi brazo también lo fortificará.

22No lo avasallará enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará.

23Mas yo quebrantaré delante de él á sus enemigos, Y heriré á sus aborrecedores.

24Y mi verdad y mi misericordia serán con él; Y en mi nombre será ensalzado su cuerno.

25Asimismo pondré su mano en la mar, Y en los ríos su diestra.

26El me llamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salud.

27Yo también le pondré por primogénito, Alto sobre los reyes de la tierra.

28Para siempre le conservaré mi misericordia; Y mi alianza será firme con él.

29Y pondré su simiente para siempre, Y su trono como los días de los cielos.

30Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios;

31Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos;

32Entonces visitaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.

33Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.

34No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.

35Una vez he jurado por mi santidad, Que no mentiré á David.

36Su simiente será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.

37Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. (Selah.)

38Mas tú desechaste y menospreciaste á tu ungido; Y te has airado con él.

39Rompiste el pacto de tu siervo; Has profanado su corona hasta la tierra.

40Aportillaste todos sus vallados; Has quebrantado sus fortalezas.

41Menoscabáronle todos los que pasaron por el camino: Es oprobio á sus vecinos.

42Has ensalzado la diestra de sus enemigos; Has alegrado á todos sus adversarios.

43Embotaste asimismo el filo de su espada, Y no lo levantaste en la batalla.

44Hiciste cesar su brillo, Y echaste su trono por tierra.

45Has acortado los días de su juventud; Hasle cubierto de afrenta. (Selah.)

46¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?

47Acuérdate de cuán corto sea mi tiempo: ¿Por qué habrás criado en vano á todos los hijos del hombre?

48¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su vida del poder del sepulcro? (Selah.)

49Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste á David por tu verdad?

50Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; Oprobio que llevo yo en mi seno de muchos pueblos.

51Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.

52Bendito Jehová para siempre. Amén, y Amén.

Advertencias sobre las Artimañas de la ramera

Proverbios 7

1HIJO mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos.
2Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.

3Lígalos á tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.

4Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; Y á la inteligencia llama parienta:

5Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.

6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,

7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, Un mancebo falto de entendimiento,

8El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, E iba camino de su casa,

9A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.

10Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,

11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;

12Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, Acechando por todas las esquinas.

13Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:

14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;

15Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

16Con paramentos he ataviado mi cama, Recamados con cordoncillo de Egipto.

17He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.

18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.

19Porque el marido no está en casa, Hase ido á un largo viaje:

20El saco de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá á su casa.

21Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, Obligóle con la blandura de sus labios.

22Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;

23Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.

24Ahora pues, hijos, oidme, Y estad atentos á las razones de mi boca.

25No se aparte á sus caminos tu corazón; No yerres en sus veredas.

26Porque á muchos ha hecho caer heridos; Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.

27Caminos del sepulcro son su casa, Que descienden á las cámaras de la muerte.

Toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra

Por tanto, he aquí, yo envío á vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, á unos mataréis y crucificaréis, y á otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad:

Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachîas, al cual matasteis entre el templo y el altar.

Mateo 23:34, 35.