“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

Archivo para diciembre, 2017

Los que son de fe, los tales son hijos de Abraham

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Como Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia.
7 Sabéis por tanto, que los que son de fe, los tales son hijos de Abraham.
8 Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar á los Gentiles, evangelizó antes á Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.
9 Luego los de la fe son benditos con el creyente Abraham.
10 Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11 Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.
12 La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá en ellos.
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:)
14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.
15 Hermanos, hablo como hombre: Aunque un pacto sea de hombre, con todo, siendo confirmado, nadie lo cancela, ó le añade.
16 A Abraham fueron hechas las promesas, y á su simiente. No dice: Y á las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y á tu simiente, la cual es Cristo.
17 Esto pues digo: Que el contrato confirmado de Dios para con Cristo, la ley que fué hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa: empero Dios por la promesa hizo la donación á Abraham.

Gálatas 3:6-18.

Predicad La Palabra; Dejad El Tamo

El profeta con quien fuere sueño, cuente sueño; y el con quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová.

Jeremías 23:28

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28. (1 Cor. 3: 13).

Predicad la palabra; dejad el tamo.-

Cristo siempre mantuvo una sabia reserva en cuanto a tratar el tema del misterio divino de la esencia de Dios. Hizo esto para poder cerrar la puerta cuando no debieran fomentarse las conjeturas humanas. Los misterios más sagrados, santos y eternos que Dios no ha revelado, son meras especulaciones cuando se los considera desde el punto de vista humano, meras teorías que confunden la mente. Hay quienes conocen la verdad, pero no la practican. Anhelan grandemente presentar algo nuevo y extraño. En su gran celo por ser originales, algunos quieren introducir ideas fantásticas que no son más que tamo. Ahora mismo hay un apartamiento de los temas sublimes y vivientes, propios para este tiempo, hacia lo que es ridículo y fantástico, y las mentes que anhelan novedades están listas para captar suposiciones, conjeturas, teorías humanas y falsa ciencia como si fuera verdad que se debe aceptar y enseñar.

Estos hacen depender la salvación de especulaciones sin un claro «Así dice Jehová». En esta forma introducen una cantidad de desperdicios, madera, heno y hojarasca, como material precioso que debe ponerse sobre la piedra fundamental. Esto no soportará la prueba del fuego, sino que será consumido; pero si los que han consentido en creer esas teorías se han engañado de tal modo a sí mismos que no conocen la verdad, y sin embargo se convierten, su vida será salvada como por fuego mediante el arrepentimiento y la humillación ante Dios. Se han estado ocupando de cosas comunes en lugar de lo sagrado. Muchos acogen con entusiasmo ideas sin importancia y las presentan como alimento ante la grey de Dios, cuando es sólo tamo que nunca aprovechará ni fortalecerá a la grey de Dios, sino que la mantendrá con hambre espiritual porque se está alimentando con lo que no contiene ni un ápice de valor nutritivo. ¿Qué tiene que la paja con el trigo? (MS 45, 1900).

 

Comentario Biblico Adventista: Elena G. de White , p. 1179.

NO DEJES QUE NADIE TE QUITE TU CORONA – FERNANDO RESTREPO

La iglesia triunfante (Maranata: El Señor Viene) 16 de diciembre

ALBERTO RIVERA ASESINADO POR HABLAR DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Los Gigantes, los hijos de Dios y las hijas de los hombres

diciembre 6, 2017 admin

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La expresión “hijas de los hombres”, en Génesis 6: 2 y 4, es el femenino de “hijos de los hombres”, término que aparece a lo largo del Antiguo Testamento siempre en referencia a seres humanos, sean ellos impíos o justos (Gn. 11: 5; Sal 21:10, 36: 7, 90: 3, 107: 8, 21, 31; 145: 12; Prov 8: 4; Ec 3:10, 21). Sin embargo, estas “hijas de los hombres” deberían ser incrédulas, descendientes de Caín (Comentario Bíblico Adventista, v.1, 237, 238), ya que su matrimonio con los “hijos de Dios” es relatado como algo negativo, que contribuyó a la corrupción de los seres humanos y su consiguiente aniquilamiento por las aguas del diluvio.


Pero ¿qué decir de la expresión “hijos de Dios”, en Génesis 6: 2 y 4? Los antiguos comentaristas judíos, además de los llamados padres de la iglesia y muchos expositores modernos, interpretan a estos “hijos” como ángeles, comparándolos con los “hijos de Dios”, mencionados en Job 1: 6, 2: 1 y 38: 7. Este punto de vista debe ser rechazado porque el castigo que luego sobrevivía era por los pecados de los seres humanos (ver v.3) y no de los ángeles. Además, según Mateo 22:30, los ángeles no se casan (Comentario Bíblico Adventista, v.1, 237, 238).


Así, una vez que los “hijos de Dios” se casaron, entonces esa expresión debe excluir a los ángeles, pero debe referirse a los hombres del linaje de Set (Gn. 4:25), siendo que, con el nacimiento de su hijo Enós, “Se empezó a invocar el nombre del Señor” (4:26). Es interesante ver cómo Dios considera a los que le obedecen como sus hijos: “Hijos sois de Jehová vuestro Dios” (Dt 14: 1), “Trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra” (Is 43: 6) , ” ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?”(Ml 2:10).


Estos descendientes de Set, que “invocaban el nombre del Señor”, deben ser vistos como los “hijos de Dios”, que acabaron casándose con las “hijas de los hombres”, descendientes de Caín, y los seres humanos se volvieron tan corrompidos y, violentos que Dios tuvo que destruirlos en el diluvio.


En cuanto a los gigantes (nefilim) que había en la Tierra (Gn 6: 4), se debe pensar primero en los gigantes físicos, personas de alta estatura, pero también en gigantes intelectuales, como eran las personas antediluvianas. Lamentablemente no fueron gigantes espirituales. Como no usaron para el bien sus dotes físicas y mentales, acabaron volviéndose gigantes en la maldad (6: 5), siendo finalmente destruidos por el diluvio.

Las lecciones que quedan del casamiento de los “hijos de Dios” con las “hijas de los hombres” son: (1) que el “yugo desigual” es siempre perjudicial para el matrimonio y para los niños que resultan de ello; por lo que es condenado por la Biblia (2 Cor. 6:14, 15); y (2) que la belleza física no es el factor más importante en la elección del cónyuge. Los “hijos de Dios” vieron “que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí […] las que, entre todas, más les agradaron” (Gn 6: 2). Ellos no tomaron en cuenta el carácter de esas “hijas de los hombres”. Y el resultado fue la apostasía de ellos y de su descendencia.


Esas lecciones necesitan ser aprendidas por todos, especialmente por aquellos que pretenden casarse. La historia del casamiento de los antediluvianos está en la Biblia como una alerta sobre la importancia de la fe y de la piedad como características esenciales en las relaciones conyugales.
Por Ozeas C. Moura

 

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