“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

Archivo para julio, 2009

Bajo la sombra del Omnipotente

Salmos 91

1EL que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente.

2Diré yo á Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en él confiaré.

3Y él te librará del lazo del cazador: De la peste destruidora.

4Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro: Escudo y adarga es su verdad.

5No tendrás temor de espanto nocturno, Ni de saeta que vuele de día;

6Ni de pestilencia que ande en oscuridad, Ni de mortandad que en medio del día destruya.

7Caerán á tu lado mil, Y diez mil á tu diestra: Mas á ti no llegará.

8Ciertamente con tus ojos mirarás, Y verás la recompensa de los impíos.

9Porque tú has puesto á Jehová, que es mi esperanza. Al Altísimo por tu habitación,

10No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.

11Pues que á sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.

12En las manos te llevarán, Porque tu pie no tropiece en piedra.

13Sobre el león y el basilisco pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.

14Por cuanto en mí ha puesto su voluntad, yo también lo libraré: Pondrélo en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

15Me invocará, y yo le responderé: Con él estare yo en la angustia: Lo libraré, y le glorificaré.

16Saciarélo de larga vida, Y mostraréle mi salud.

Origen y Diversidad de Los Dones

1 Corintios 12

1Y ACERCA de los dones espirituales, no quiero, hermanos, que ignoréis.

2Sabéis que cuando erais Gentiles, ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos.

3Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.

4Empero hay repartimiento de dones; mas el mismo Espíritu es.

5Y hay repartimiento de ministerios; mas el mismo Señor es.

6Y hay repartimiento de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra todas las cosas en todos.

7Empero á cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho.

8Porque á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

9A otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;

10A otro, operaciones de milagros, y á otro, profecía; y á otro, discreción de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretación de lenguas.

11Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere.

12Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo.

13Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.

14Pues ni tampoco el cuerpo es un miembro, sino muchos.

15Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?

16Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?

17Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?

18Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como quiso.

19Que si todos fueran un miembro, ¿dónde estuviera el cuerpo?

20Mas ahora muchos miembros son á la verdad, empero un cuerpo.

21Ni el ojo puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza á los pies: No tengo necesidad de vosotros.

22Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios;

23Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos más honrosamente; y los que en nosotros son menos honestos, tienen más compostura.

24Porque los que en nosotros son más honestos, no tienen necesidad: mas Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba;

25Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.

26Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen; y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan.

27Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte.

28Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.

29¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos doctores? ¿todos facultades?

30¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

31Empero procurad los mejores dones; mas aun yo os muestro un camino más excelente.

Escóndete un poquito,…en tanto que pasa la ira

Mirad, velad y orad: porque no sabéis…

23Mas vosotros mirad; os lo he dicho antes todo.

24Empero en aquellos días, después de aquella aflicción, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su resplandor;

25Y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes que están en los cielos serán conmovidas;

26Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria.

27Y entonces enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo.

28De la higuera aprended la semejanza: Cuando su rama ya se enternece, y brota hojas, conocéis que el verano está cerca:

29Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, á las puertas.

30De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas.

31El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

32Empero de aquel día y de la hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.

33Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo.

34Como el hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió facultad á sus siervos, y á cada uno su obra, y al portero mandó que velase:

35Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá; si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana;

36Porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo.

37Y las cosas que á vosotros digo, á todos las dijo: Velad.

Marcos 13:23-37.

El Mensajero del Señor…¿quién podrá estar cuando él se mostrará?

1HE aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.

2¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? ó ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.

3Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata: porque limpiará los hijos de Leví, los afinará como á oro y como á plata; y ofrecerán á Jehová ofrenda con justicia.

4Y será suave á Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalem, como en los días pasados, y como en los años antiguos.

5Y llegarme he á vosotros á juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.

6Porque yo Jehová, no me mudo; y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.

7Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Tornaos á mí, y yo me tornaré á vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar?

8¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias.

9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

10Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

11Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos.

12Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.


Malaquías 3:1-12.