“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

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Feliz Sábado

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La crisis venidera

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“Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo”.Apocalipsis 12:17.

En el cercano futuro veremos cumplirse estas palabras, cuando las iglesias protestantes se unan con el mundo y con el poder papal contra los observadores de los mandamientos. El mismo espíritu que movió a los papistas de siglos pasados, inducirá a los protestantes a seguir una conducta similar hacia aquellos que se mantienen leales a Dios.

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La Iglesia y el Estado están haciendo ahora preparativos para el conflicto futuro. Los protestantes están trabajando en forma disfrazada para llevar el domingo al frente, como lo hicieron los romanistas. En toda la tierra el papado está acumulando sus altas y macizas estructuras en cuyos secretos recintos se han de repetir sus antiguas persecuciones. Y se está preparando el camino para que se manifiesten en gran escala esos prodigios mentirosos por los cuales Satanás seduciría, si fuese posible, a los mismos escogidos.

El decreto que ha de proclamarse contra el pueblo de Dios será muy similar al que promulgó Asuero contra los judíos en el tiempo de Ester. El edicto persa brotó de la malicia de Amán hacia Mardoqueo. No porque Mardoqueo le hubiese hecho daño, sino porque se negaba a mostrarle la reverencia que pertenece solamente a Dios. La decisión del rey contra los judíos fue obtenida con falsas declaraciones por calumnias contra ese pueblo peculiar. Satanás inspiró el plan, a fin de librar la tierra de aquellos que preservaban el conocimiento del verdadero Dios. Pero sus maquinaciones fueron derrotadas por un poder contrario que reina entre los hijos de los hombres. Los ángeles que son poderosos en fortaleza fueron comisionados para que protegiesen al pueblo de Dios, y las maquinaciones de sus adversarios recayeron sobre sus propias cabezas.

El mundo protestante de hoy ve en el pequeño grupo que guarda el sábado un Mardoqueo a la puerta. Su carácter y su conducta, que expresan reverencia por la ley de Dios, son una reprensión constante para los que han desechado el temor de Jehová y están pisoteando su sábado; de alguna manera hay que deshacerse del molesto intruso.

La misma mente magistral que maquinó contra los fieles en siglos pasados sigue procurando librar la tierra de aquellos que temen a Dios y obedecen su ley. Satanás excitará indignación contra la humilde minoría que concienzudamente se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares. Hombres de posición y reputación se unirán con los inicuos y los viles para maquinar contra el pueblo de Dios. La riqueza, el genio y la educación se combinarán para cubrirlos de escarnio. Los perseguidores gobernantes, ministros de la religión y miembros de las iglesias conspirarán contra ellos. De viva voz y por la pluma, con jactanciosas amenazas y ridículo, procurarán destruir su fe. Por calumnias y airados llamamientos, despertarán las pasiones del pueblo. No teniendo un “Así dicen las Escrituras”, para presentarlo contra los defensores del sábado bíblico, recurrirán a promulgaciones opresivas para suplir la falta. Para obtener popularidad y apoyo, los legisladores cederán a la demanda de una ley dominical. Los que temen a Dios no pueden aceptar una institución que viola los preceptos del Decálogo. Sobre este campo de batalla se produce el último gran conflicto de la controversia entre la verdad y el error. Y no se nos deja en duda en cuanto al resultado. Ahora, como en los días de Mardoqueo, el Señor vindicará su verdad y su pueblo.

Por el decreto que imponga la institución del papado en violación a la ley de Dios, nuestra nación se separará completamente de la justicia. Cuando el protestantismo extienda la mano a través del abismo para asir la mano del poder romano, cuando se incline por encima del abismo para darse la mano con el espiritismo, cuando, bajo la influencia de esta triple unión, nuestro país repudie todo principio de su constitución como gobierno protestante y republicano, y haga provisión para la propagación de las mentiras y seducciones papales, entonces sabremos que ha llegado el tiempo en que se verá la asombrosa obra de Satanás, y que el fin está cerca.

Como el acercamiento de los ejércitos romanos fue para los discípulos una señal de la inminente destrucción de Jerusalén, esta apostasía podrá ser para nosotros una señal de que se llegó al límite de la tolerancia de Dios, de que nuestra nación colmó la medida de su iniquidad, y de que el ángel de la misericordia está por emprender el vuelo para nunca volver. Los hijos de Dios se verán entonces sumidos en aquellas escenas de aflicción y angustia de Jacob. Ascienden al cielo los clamores de los fieles y perseguidos. Y como la sangre de Abel clamó desde el suelo, hay voces que claman a Dios desde la tumba de los mártires, desde los sepulcros del mar, desde las cuevas de las montañas, desde las bóvedas de los conventos: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?” Apocalipsis 6:10.

El Señor está haciendo su obra. Todo el cielo está conmovido. El Juez de toda la tierra ha de levantarse pronto para vindicar su autoridad insultada. La señal de la liberación será puesta sobre los que guardan los mandamientos de Dios, reverencian su ley y rechazan la marca de la bestia y su imagen.

Dios ha revelado lo que ha de acontecer en los postreros días, a fin de que su pueblo esté preparado para resistir la tempestad de oposición e ira. Aquellos a quienes se les han anunciado los sucesos que les esperan, no han de permanecer sentados en tranquila expectación de la tormenta venidera, consolándose con el pensamiento de que el Señor protegerá a sus fieles en el día de la tribulación. Hemos de ser como hombres que aguardan a su Señor, no en ociosa expectativa, sino trabajando fervientemente, con fe inquebrantable. No es ahora el momento de permitir que nuestras mentes se enfrasquen en cosas de menor importancia. Mientras los hombres están durmiendo, Satanás arregla activamente los asuntos de tal manera que el pueblo de Dios no obtenga misericordia ni justicia. El movimiento dominical se está abriendo paso en las tinieblas. Los dirigentes están ocultando el fin verdadero, y muchos de los que se unen al movimiento no ven hacia dónde tiende la corriente que se hace sentir por debajo. Los fines que profesan son benignos y aparentemente cristianos; pero cuando hablen, se revelará el espíritu del dragón.

Es nuestro deber hacer todo lo que está en nuestro poder para evitar el peligro que nos amenaza. Debemos esforzarnos por desarmar el prejuicio y colocarnos en la debida luz delante de la gente. Debemos presentarles realmente lo que está en cuestión, e interponer así la protesta más eficaz contra las medidas destinadas a restringir la libertad de conciencia. Debemos escudriñar las Escrituras para poder dar razón de nuestra fe. Dice el profeta: “Los impíos obrarán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero entenderán los entendidos”. Daniel 12:10.

Los que tienen acceso a Dios por Cristo tienen que hacer una obra importante. Ahora es el momento de echar mano del brazo de nuestra fuerza. La oración de los pastores y los miembros laicos debe ser la oración de David: “Tiempo es de actuar, oh Jehová; porque han invalidado tu ley”. Salmos 119:126. Lloren los siervos de Jehová entre el pórtico y el altar, clamando: “Perdona, oh Jehová a tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad”. Joel 2:17.

Dios obró siempre en favor de su pueblo en su más extrema necesidad, cuando parecía haber menos esperanza de que se pudiese evitar la ruina. Los designios de los impíos enemigos de la iglesia están sujetos a su poder y su providencia es capaz de predominar sobre ellos. El puede obrar sobre los corazones de los estadistas; la ira de los turbulentos y desafectos aborrecedores de Dios, de su verdad y de su pueblo, puede ser desviada, como se desvían los ríos cuando él lo ordena. La oración mueve el brazo de la Omnipotencia. El que manda a las estrellas en su orden en el firmamento, cuya palabra domina a todo el mar, el mismo Creador infinito, obrará en favor de sus hijos si ellos le invocan con fe. El refrenará las fuerzas de las tinieblas, hasta que se dé al mundo la amonestación y todos los que quieran escucharla estén preparados para el conflicto.

“Ciertamente la ira del hombre te acarreará alabanza” -dice el salmista-: “tú reprimirás el resto de las iras”. Salmos 76:10. Dios quiere que la verdad probadora se destaque al frente y llegue a ser tema de examen y de discusión, aunque sea por el desprecio que se le imponga. Deben agitarse los espíritus. Toda controversia, todo oprobio y toda calumnia serán para Dios el medio de provocar investigación y despertar las mentes que de otra manera dormitarían.

Así fue en la historia pasada del pueblo de Dios. Por negarse a adorar la imagen de oro que Nabucodonosor había levantado, los tres hebreos fueron arrojados al horno ardiente. Pero Dios protegió a sus siervos en medio de las llamas, y la tentativa de imponer la idolatría resultó en que el conocimiento del verdadero Dios fue presentado a la congregación de príncipes y nobles del vasto reino de Babilonia.

Así sucedió también cuando se promulgó el decreto que prohibía que se hiciese oración a cualquier dios menos al rey. Como Daniel, según su costumbre, suplicaba tres veces por día al Dios del cielo, la atención de los príncipes gobernantes fue atraída a su caso. Tuvo oportunidad de hablar en su defensa, de demostrar quién es el verdadero Dios y presentar la razón por la cual él solo debe recibir la adoración y nosotros debemos rendirle alabanza y homenaje. Y al ser liberado Daniel del foso de los leones, se tuvo otra evidencia de que el Ser a quien adoraba era el Dios verdadero y vivo.

Así también el encarcelamiento de Pablo llevó el Evangelio ante reyes, príncipes y gobernantes que de otra manera no habrían tenido esa luz. Los esfuerzos hechos para retardar el progreso de la verdad servirán para impulsarlo y ensancharlo. Desde cualquier punto que se considere la verdad, su excelencia se destacará con claridad cada vez más intensa. El error requiere disfraz y ocultamiento. Se viste de manto angelical y toda manifestación de su verdadero carácter disminuye sus probabilidades de éxito.

Las personas a quienes Dios ha hecho depositarias de su ley no han de permitir que se oculte su luz. La verdad debe ser proclamada en los lugares oscuros de la tierra. Hay que hacer frente a los obstáculos y superarlos. Debe hacerse una gran obra, y esta obra ha sido confiada a los que conocen la verdad. Deben interceder poderosamente con Dios para obtener ayuda ahora. El amor de Cristo debe difundirse en su propio corazón. El Espíritu de Cristo debe ser derramado sobre ellos, y deben prepararse para subsistir en el juicio. Mientras se estén consagrando ellos mismos a Dios, un poder convincente acompañará sus esfuerzos para presentar la verdad a otros, y su luz hallará acceso a muchos corazones.

Ya no debemos dormir en el terreno encantado de Satanás, sino poner a requisición todos nuestros recursos y valernos de toda oportunidad que nos ha provisto la Providencia. La última amonestación ha de ser proclamada “a muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes” (Apocalipsis 10:11), y se nos hace la promesa: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 28:20.

*****

Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pp. 425-430.

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La Marca del Anticristo vs El Sello de Dios

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La Marca del Anticristo vs El Sello de Dios

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Santo, Santo, Santo -Jaime Jorge – Feliz Sábado

Feliz Sábado

Published on Jul 12, 2013

Música gravada ao vivo no programa Feliz Sábado da TV Novo Tempo.
Violinista: Jaime Jorge

Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová;..

Isaías 58

1CLAMA á voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia á mi pueblo su rebelión, y á la casa de Jacob su pecado.

2Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese obrado justicia, y que no hubiese dejado el derecho de su Dios: pregúntanme derechos de justicia, y quieren acercarse á Dios.

3¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis lo que queréis, y todos demandáis vuestras haciendas.

4He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

5¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que encorve su cabeza como junco, y haga cama de saco y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable á Jehová?

6¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres á los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

7¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?

8Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; é irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

9Entonces invocarás, y oirte ha Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad;

10Y si derramares tu alma al hambriento, y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio día;

11Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos; y serán como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

12Y edificarán los de ti los desiertos antiguos; los cimientos de generación y generación levantarás: y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

13Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no hacinedo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras:

14Entonces te delelitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré á comer la heredad de Jacob tu padre: porque la boca de Jehová lo ha hablado.

Reina-Valera Antigua (RVA)

De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra

14Y Jesús volvió en virtud del Espíritu á Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor,

15Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de todos.

16Y vino á Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme á su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó á leer.

17Y fuéle dado el libro del profeta Isaías; y como abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

18El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; Para pregonar á los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en libertad á los quebrantados:

19Para predicar el año agradable del Señor.
20Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

21Y comenzó á decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.
22Y todos le daban testimonio, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?

23Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate á ti mismo: de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.

24Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.

25Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo una grande hambre en toda la tierra;

26Pero á ninguna de ellas fué enviado Elías, sino á Sarepta de Sidón, á una mujer viuda.
27Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fué limpio, sino Naamán el Siro.
28Entonces todos en la sinagoga fueron llenos de ira, oyendo estas cosas;

29Y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.

30Mas él, pasando por medio de ellos, se fué.

Lucas 4:14-30.

Exhortacion a entrar en el «reposo» de Dios mediante la fe en Cristo

Hebreos 4

1TEMAMOS, pues, que quedando aún la promesa de entrar en su reposo, parezca alguno de vosotros haberse apartado.

2Porque también á nosotros se nos ha evangelizado como á ellos; mas no les aprovechó el oir la palabra á los que la oyeron sin mezclar fe.

3Empero entramos en el reposo los que hemos creído, de la manera que dijo: Como juré en mi ira, No entrarán en mi reposo: aun acabadas las obras desde el principio del mundo.

4Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.
5Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.

6Así que, pues que resta que algunos han de entrar en él, y aquellos á quienes primero fué anunciado no entraron por causa de desobediencia,

7Determina otra vez un cierto día, diciendo por David: Hoy, después de tanto tiempo; como está dicho: Si oyereis su voz hoy, No endurezcáis vuestros corazones.

8Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.

9Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.

10Porque el que ha entrado en su reposo, también él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

11Procuremos pues de entrar en aquel reposo; que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

12Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13Y no hay cosa criada que no sea manifiesta en su presencia; antes todas las cosas están desnudas y abiertas á los ojos de aquel á quien tenemos que dar cuenta.

14Por tanto, teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.

15Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

16Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro.

El Evangelio de JesuCristo

Marcos 1

1PRINCIPIO del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

2Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío á mi mensajero delante de tu faz, Que apareje tu camino delante de ti.

3Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor; Enderezad sus veredas.

4Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento para remisión de pecados.

5Y salía á él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalem; y eran todos, bautizados por él en el río de Jordán, confesando sus pecados.

6Y Juan andaba vestido de pelos de camello, y con un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre.

7Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos.

8Yo á la verdad os he bautizado con agua; mas él os bautizará con Espíritu Santo.

9Y aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fué bautizado por Juan en el Jordán.

10Y luego, subiendo del agua, vió abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma, que descendía sobre él.

11Y hubo una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tomo contentamiento.

12Y luego el Espíritu le impele al desierto.

13Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado de Satanás; y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.

14Mas después que Juan fué encarcelado, Jesús vino á Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,

15Y diciendo: El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al evangelio.

16Y pasando junto á la mar de Galilea, vió á Simón, y á Andrés su hermano, que echaban la red en la mar; porque eran pescadores.

17Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.

18Y luego, dejadas sus redes, le siguieron.

19Y pasando de allí un poco más adelante, vió á Jacobo, hijo de Zebedeo, y á Juan su hermano, también ellos en el navío, que aderezaban las redes.

20Y luego los llamó: y dejando á su padre Zebedeo en el barco con los jornaleros, fueron en pos de él.

21Y entraron en Capernaum; y luego los sábados, entrando en la sinagoga, enseñaba.

22Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene potestad, y no como los escribas.

23Y había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, el cual dió voces,

24Diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido á destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.

25Y Jesús le riñó, diciendo: Enmudece, y sal de él.

26Y el espíritu inmundo, haciéndole pedazos, y clamando á gran voz, salió de él.

27Y todos se maravillaron, de tal manera que inquirían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta, que con potestad aun á los espíritus inmundos manda, y le obedecen?

28Y vino luego su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

29Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron á casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.

30Y la suegra de Simón estaba acostada con calentura; y le hablaron luego de ella.

31Entonces llegando él, la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la calentura, y les servía.

32Y cuando fué la tarde, luego que el sol se puso, traían á él todos los que tenían mal, y endemoniados;

33Y toda la ciudad se juntó á la puerta.

34Y sanó á muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba decir á los demonios que le conocían.

35Y levantándose muy de mañana, aun muy de noche, salió y se fué á un lugar desierto, y allí oraba.

36Y le siguió Simón, y los que estaban con él;

37Y hallándole, le dicen: Todos te buscan.

38Y les dice: Vamos á los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.

39Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.

40Y un leproso vino á él, rogándole; é hincada la rodilla, le dice: Si quieres, puedes limpiarme.

41Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió su mano, y le tocó, y le dice: Quiero, sé limpio.

42Y así que hubo él hablado, la lepra se fué luego de aquél, y fué limpio.

43Entonces le apercibió, y despidióle luego,

44Y le dice: Mira, no digas á nadie nada; sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que Moisés mandó, para testimonio á ellos.

45Mas él salido, comenzó á publicarlo mucho, y á divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar manifiestamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos; y venían á él de todas partes.

No temas, sino habla, y no calles

Hechos 18

1PASADAS estas cosas, Pablo partió de Atenas, y vino á Corinto.

2Y hallando á un Judío llamado Aquila, natural del Ponto, que hacía poco que había venido de Italia, y á Priscila su mujer, (porque Claudio había mandado que todos los Judíos saliesen de Roma) se vino á ellos;

3Y porque era de su oficio, posó con ellos, y trabajaba; porque el oficio de ellos era hacer tiendas.

4Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía á Judíos y á Griegos.

5Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba constreñido por la palabra, testificando á los Judíos que Jesús era el Cristo.

6Mas contradiciendo y blasfemando ellos, les dijo: sacudiendo sus vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré á los Gentiles.

7Y partiendo de allí, entró en casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la casa del cual estaba junto á la sinagoga.

8Y Crispo, él prepósito de la sinagoga, creyó al Señor con toda su casa: y muchos de los Corintios oyendo creían, y eran bautizados.

9Entonces él Señor dijo de noche en visión á Pablo: No temas, sino habla, y no calles:

10Porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.

11Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.

12Y siendo Galión procónsul de Acaya, los Judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal,

13Diciendo: Que éste persuade á los hombres á honrar á Dios contra la ley.

14Y comenzando Pablo á abrir la boca, Galión dijo á los Judíos: Si fuera algún agravio ó algún crimen enorme, oh Judíos, conforme á derecho yo os tolerara:

15Mas si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas.

16Y los echó del tribunal.

17Entonces todos los Griegos tomando á Sóstenes, prepósito de la sinagoga, le herían delante del tribunal: y á Galión nada se le daba de ello.

18Mas Pablo habiéndose detenido aún allí muchos días, después se despidió de los hermanos, y navegó á Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose trasquilado la cabeza en Cencreas, porque tenía voto.

19Y llegó á Efeso, y los dejó allí: y él entrando en la sinagoga, disputó con los Judíos,

20Los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió.

21Sino que se despidió de ellos, diciendo: Es menester que en todo caso tenga la fiesta que viene, en Jerusalem; mas otra vez volveré á vosotros, queriendo Dios. Y partió de Efeso.

22Y habiendo arribado á Cesarea subió á Jerusalem; y después de saludar á la iglesia, descendió á Antioquía.

23Y habiendo estado allí algún tiempo, partió, andando por orden la provincia de Galacia, y la Phrygia, confirmando á todos los discípulos.

24Llegó entonces á Efeso un Judío, llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.

25Este era instruído en el camino del Señor; y ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas que son del Señor, enseñando solamente en el bautismo de Juan.

26Y comenzó á hablar confiadamente en la sinagoga: al cual como oyeron Priscila y Aquila, le tomaron, y le declararon más particularmente el camino de Dios.

27Y queriendo él pasar á Acaya, los hermanos exhortados, escribieron á los discípulos que le recibiesen; y venido él, aprovechó mucho por la gracia á los que habían creído:

28Porque con gran vehemencia convencía públicamente á los Judíos, mostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.

Entonces nacerá tu luz como el alba…

1CLAMA á voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia á mi pueblo su rebelión, y á la casa de Jacob su pecado.
2Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese obrado justicia, y que no hubiese dejado el derecho de su Dios: pregúntanme derechos de justicia, y quieren acercarse á Dios.

3¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis lo que queréis, y todos demandáis vuestras haciendas.

4He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

5¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que encorve su cabeza como junco, y haga cama de saco y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable á Jehová?

6¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres á los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

7¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?

8Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; é irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

9Entonces invocarás, y oirte ha Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad;

10Y si derramares tu alma al hambriento, y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio día;

11Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos; y serán como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

12Y edificarán los de ti los desiertos antiguos; los cimientos de generación y generación levantarás: y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

13Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no hacinedo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras:

14Entonces te delelitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré á comer la heredad de Jacob tu padre: porque la boca de Jehová lo ha hablado.

Isaías 58 (Reina-Valera Antigua)