“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

Archivo para la Categoría "Ellen G. White"

Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía

 

«Las Ciudades»

Los constructores de la ciudad original.

 

Al recibir la maldición de Dios, Caín se había retirado de la familia de sus padres.  Había escogido primeramente el oficio de labrador, y luego fundó una ciudad, a la cual dio el nombre de su hijo mayor [Gén. 4:17].  Se había retirado de la presencia del Señor, desechando la promesa del Edén restaurado, para buscar riquezas y placer en la tierra maldita por el pecado, y así se había destacado como caudillo de la gran multitud que adora al dios de este mundo.-PP 67 (1890).
Durante algún tiempo, los descendientes de Noé continuaron habitando en las montañas donde el arca se había detenido.  A medida que se multiplicaron, la apostasía no tardó en causar división entre ellos.  Los que deseaban olvidar a su Creador y desechar las restricciones de su ley, tenían por constante molestia las enseñanzas y el ejemplo de sus piadosos compañeros; y después de un tiempo decidieron separarse de los que adoraban a Dios.  Para lograr su fin, emigraron a la llanura de Sinar, que estaba a orillas del río Eufrates…
Decidieron construir allí una ciudad, y en ella una torre de tan estupenda altura que fuera la maravilla del mundo [Gén. 11: 2-4] .-PP 111-112 (1890).
Las ciudades son semilleros de vicio

 

 La persecución de los placeres y las diversiones se centraliza en las ciudades.  Muchos padres que se establecen en la ciudad con sus hijos, pensando darles mayores ventajas, se desilusionan, y demasiado tarde se arrepienten de su terrible error.  Las ciudades de nuestros días se están volviendo rápidamente como Sodoma y Gomorra.  Los muchos días feriados estimulan la holgazanería.  Los deportes excitantes -el asistir a los teatros,* las carreras de caballos, los juegos de azar, el beber licores y las jaranas- estimulan todas las pasiones a una actividad intensa.  La juventud es arrastrada por  la corriente popular.-PVGM 35 (1900).
Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el fin de la historia del mundo.-3JT 115 (1902).
En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio.  Por doquiera se ve y oye el mal.  En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación.-MC 281 (1905).

 

Descienden juicios sobre las ciudades

 

Terribles conmociones vendrán sobre la tierra, y los palacios señoriales levantados a gran costo se convertirán ciertamente en montones de ruinas.-3MR 312 (1891)
Cuando la mano restrictiva de Dios se retire, el destructor comenzará su trabajo.  Entonces ocurrirán en nuestras ciudades las mayores calamidades.-3MR 314 (1897)
El Señor dirige advertencias a los habitantes de la tierra, como en el incendio de Chicago y en los incendio de Melbourne, Londres y la ciudad de Nueva York.-Ms 127 (1897)
El fin está cerca y cada ciudad va a ser trastornada de diferentes maneras.  Habrá confusión en cada ciudad. Todo lo que puede ser sacudido lo será, y no sabe qué pasará luego. Los juicios serán de acuerdo con maldad de la, gente y la luz de verdad que han tenido.1MR 248 (1902)
¡Ojalá que el pueblo de Dios tuviera una noción de destrucción inminente de millares de ciudades, ahora casi [totalmente] entregadas a la idolatría!-Ev 26 (1903)
Falta poco para que las grandes ciudades sean barridas, de manera que todos deben ser amonestados acerca de la inminencia de estas calamidades.-Ev 26 (1910)

 

Edificios a prueba de catástrofes se convertirán en ceniza

 

He visto las mas costosas estructuras de edificios 115 construidos supuestamente a prueba de fuego, pero así como Sodoma pereció en las llamas de la venganza divina, así estas orgullosas estructuras se convertirán en ceniza… Los deleitables monumentos de la grandeza de los hombres se harán polvo aun antes que venga la última gran destrucción sobre el mundo.-3MS 478-479 (1901)
Dios está retirando su Espíritu de las ciudades impías, que han llegado a ser semejantes a las del mundo antediluviano y a Sodoma y Gomorra… Las costosas mansiones, maravillas arquitectónicas, serán destruidas sin previo aviso cuando el Señor vea que sus ocupantes han traspasado los límites del perdón.  La destrucción causada por el fuego en los imponentes edificios que se suponen son a prueba de incendios, es una ilustración de cómo, en un momento, los edificios de la tierra caerán en ruinas.-CDCD 152 (1902)
Los hombres continuarán levantando costosos edificios que valen millones; se dará especial atención a su belleza arquitectónica y a la firmeza y solidez con que son construidos.  Pero el Señor me ha hecho saber que pesar de su insólita fineza y su costosa impotencia esos edificios correrán la misma suerte del templo da Jerusalem.-5CBA 1074 (1906.)

 

La ciudad de Nueva York

 

Dios no ha ejecutado su ira sin misericordia. Todavía se extiende su mano. Debe darse su mensaje  en el Gran Nueva York. La gente debe ver cómo Dios, por un toque de su mano, puede destruir     las propiedades que han 116 reunido para enfrentar el último gran día.-3MR 310- 311(1902).

 

No tengo luz en particular respecto a lo que viene sobre Nueva York; sólo sé que un día los grandes edificios serán derribados por el poder trastornador de Dios… La muerte llegará a todas partes.  Esta es la razón por la cual me siento tan ansiosa de que nuestras ciudades sean amonestadas.-RH Julio 5, 1906.

 

Estando en Nueva York en cierta ocasión, se me hizo contemplar una noche los edificios que, piso tras piso, se elevaban hacia el cielo.  Esos inmuebles que eran la gloria de sus propietarios y constructores eran garantizados incombustibles…undefined
La siguiente escena que pasó delante de mí fue una alarma de incendio.  Los hombres miraban a esos altos edificios, reputados incombustibles, y decían: «Están perfectamente seguros».  Pero estos edificios fueron consumidos como la pez.  Las bombas contra incendio no pudieron impedir su destrucción.  Los bomberos no podían hacer funcionar sus máquinas.-3JT 281-282 (1909).
(Eventos de los Ultimos Diás pág. 113 – 116)
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Dios escogió a Israel para que revelase su carácter a los hombres.

Desde el principio Dios ha obrado por medio de su pueblo para proporcionar bendición al mundo. Para la antigua nación egipcia Dios hizo de José una fuente de vida. Mediante la integridad de José fué preservada la vida de todo ese pueblo. Mediante Daniel Dios salvó la vida de todos los sabios de Babilonia. Y esas liberaciones son lecciones objetivas; ilustran las bendiciones espirituales ofrecidas al mundo mediante la relación con el Dios a quien José y Daniel adoraban. Todo aquel en cuyo corazón habite Cristo, todo aquel que quiera revelar su amor al mundo, es colaborador con Dios para la bendición de la humanidad. Cuando recibe gracia del Salvador para impartir a otros, de todo su ser fluye la marea de vida espiritual.

Dios escogió a Israel para que revelase su carácter a los hombres. Deseaba que fuesen como manantiales de salvación en el mundo. Se les encomendaron los oráculos del cielo, la revelación de la voluntad de Dios. En los primeros días de Israel, las naciones del mundo, por causa de sus prácticas corruptas, habían perdido el conocimiento de Dios. Una vez le habían conocido; pero por cuanto “no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, … el necio corazón de ellos fué entenebrecido.” Romanos 1:21. Sin embargo, en su misericordia, Dios no las borró de la existencia. Se proponía darles una oportunidad de volver a conocerle por medio de su pueblo escogido. Mediante las enseñanzas del servicio de los sacrificios, Cristo había de ser levantado ante todas las naciones, y cuantos le miraran vivirían. Cristo era el fundamento de la economía judía. Todo el sistema de los tipos y símbolos era una profecía compacta del Evangelio, una presentación en la cual estaban resumidas las promesas de la redención.

Pero el pueblo de Israel perdió de vista sus grandes privilegios como representante de Dios. Olvidaron a Dios, y dejaron de cumplir su santa misión. Las bendiciones que recibieron no proporcionaron bendición al mundo. Se apropiaron ellos de todas sus ventajas para su propia glorificación. Se aislaron del mundo a fin de rehuir la tentación. Las restricciones que Dios había impuesto a su asociación con los idólatras para impedir que se conformasen a las prácticas de los paganos, las usaban para edificar una muralla de separación entre ellos y todas las demás naciones. Privaron a Dios del servicio que requería de ellos, y privaron a sus semejantes de dirección religiosa y de un ejemplo santo.

Los sacerdotes y gobernantes se estancaron en una rutina de ceremonias. Estaban satisfechos con una religión legal, y era imposible para ellos dar a otros las verdades vivientes del cielo. Consideraban cabalmente suficiente su propia justicia, y no deseaban que un nuevo elemento se introdujera en su religión. No aceptaban la buena voluntad de Dios para con los hombres como algo independiente de ellos mismos, sino que la relacionaban con sus propios méritos debidos a sus buenas obras. La fe que obra por el amor y purifica el alma no podía unirse con la religión de los fariseos, hecha de ceremonias y de mandamientos de hombres.

Hechos de los Apostoles, pp.12-13.

Se está retirando el Espíritu de Dios

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Está muy cerca el momento en que habrá en el mundo una tristeza que ningún bálsamo humano podrá disipar. Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.

Profetas y Reyes, p.207

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El peligro de unirse con EL CATOLICISMO para la libertad religiosa

Published on Nov 26, 2013

Eliminando los hitos

Nuestro pueblo necesita comprender cuáles son las razones de nuestra fe y nuestra experiencia pasada. ¡Cuán triste es que tantos de sus miembros coloquen una confianza ilimitada en hombres que presentan teorías que tienden a desarraigar nuestras experiencias del pasado y a eliminar los hitos antiguos! Aquellos que con tanta facilidad pueden ser conducidos por un espíritu falso demuestran que durante algún tiempo han estado siguiendo al capitán equivocado, y lo han hecho por tanto tiempo, que ya no disciernen que se están alejando de la fe o que ya no están edificando sobre un fundamento firme. Necesitamos instar a todos que se coloquen sus lentes espirituales, a que unjan sus ojos para que vean claramente y disciernan los verdaderos pilares de la fe. Entonces sabrán que “el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos”. 2 Timoteo 2:19. Necesitamos hacer revivir las antiguas evidencias de la fe que una vez fue dada a los santos. {2MS 28.1}
Hombres que piensan tener la verdad presentarán toda clase de doctrinas concebibles, fantásticas y engañosas. Algunos están enseñando ahora que en la tierra nueva habrá nacimientos. ¿Es esto verdad presente? ¿Quién ha inspirado a estos hombres para que presenten semejante teoría? ¿Dio Dios tales conceptos a alguno de ellos? No; las cosas que han sido reveladas son para nosotros y nuestros hijos, pero el silencio es elocuencia en lo que atañe a temas no revelados y que no tienen nada que ver con nuestra salvación. No habría que mencionar siquiera esas extrañas ideas, y mucho menos enseñarlas como verdades esenciales. {2MS 28.2}
Hemos llegado a un tiempo cuando hay que llamar a las cosas por su verdadero nombre. Tal como lo hicimos en los primeros días, debemos levantarnos ahora, dirigidos por el Espíritu de Dios, para censurar la obra de engaño. Algunos de los sentimientos que ahora se expresan constituyen el comienzo de las ideas más fanáticas que podrían presentarse. Algunos que ocupan cargos importantes en la obra de Dios están impartiendo enseñanzas similares a las que tuvimos que combatir después de 1844. {2MS 29.1}
En Nueva Hampshire, en Vermont y en otros lugares, tuvimos que resistir la obra furtiva y engañosa del fanatismo. Se cometieron pecados de presunción y algunos gratificaron libremente deseos vehementes no santificados, y lo hicieron ocultándose bajo el manto de la santificación. Se abogó por la doctrina del amor libre bajo la apariencia de espiritualidad. Vimos el cumplimiento del pasaje bíblico según el cual “en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1); (The Southern Watchman [El centinela del sur], 5 de abril de 1904). {2MS 29.2}

Una Invitación a Vivir en el Campo

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Una Invitación a Vivir en el Campo

Mensaje Selectos Tomo 2 Pág 45

ESTA MADRUGADA no pude dormir después de las dos. Durante la visión de la noche me veía a mí misma en una junta. Algunas de ellas dejaban pasar el tiempo sin tomar una determinación.
Los ángeles de la misericordia apresuraron a Lot, a su esposa y sus hijas tomándolos de las manos. Si Lot se hubiera apresurado tal como el Señor lo deseaba, su esposa no se habría convertido en una estatua de sal. Lot adolecía de un marcado espíritu de dilación. No seamos como él era. La misma voz que amonestó a Lot a que saliese de Sodoma, nos ruega: «Salid de en medio de ellos, y apartaos . . . Y no toquéis lo inmundo» (2 Cor. 6: 17). Aquellos que obedezcan esta amonestación encontrarán un refugio. Que cada hombre esté bien despierto y procure salvar a su familia. Que se ciña para realizar el trabajo. Dios revelará punto por punto qué debe hacer después.
Oíd la voz de Dios hablar por medio del apóstol Pablo: «Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Fil. 2: 12, 13).

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Lot recorrió la llanura de mala gana y con lentitud. Se había asociado durante tanto tiempo con la gente impía, que no logró comprender el peligro que corría hasta que su esposa quedó en la llanura convertida en una estatua de sal (The Review and Herald, 11 de diciembre de 1900).
Los niños no deben estar expuestos por más tiempo a las tentaciones de las ciudades que están maduras para su destrucción. El Señor nos ha amonestado y aconsejado para que saliésemos de las ciudades. Por eso no debemos hacer más inversiones en ellas. Padres y madres, ¿cómo consideráis las almas de vuestros hijos? ¿Estáis preparando a los miembros de vuestras familias para ser trasladados a las cortes celestiales? ¿Los estáis preparando para que sean miembros de la familia real e hijos del Rey celestial? «Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?’ (Mar. 8: 36). ¿Qué importancia tienen el ocio, la comodidad y la conveniencia, comparados con el valor de las almas de vuestros hijos? (Manuscrito 76, 1905).

REFUGIO PROPORCIONADO POR EL CAMPO

Los padres deben comprender que la educación de sus hijos constituye una obra importante en la salvación de las almas. El campo ofrece oportunidad para una abundante ejercitación en la práctica de hacer lo que debe ser hecho y que proporcionará salud física mediante el desarrollo de los nervios y los músculos. «Fuera de las ciudades», es mi mensaje para la educación de nuestros hijos.
Dios proporcionó a nuestros primeros padres los medios para llevar a cabo una verdadera educación cuando los instruyó para que labrasen la tierra y cuidasen el huerto que constituía su hogar. Después de la entrada del pecado, debido a la desobediencia de los requerimientos del Señor, se acrecentó enormemente el trabajo de cultivar la tierra, porque ésta, a causa de la maldición, produjo espinas y cardos. Pero el trabajo en sí mismo no se dio a causa del pecado.

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El gran Maestro mismo bendijo el trabajo de cultivar la tierra.

Satanás tiene el propósito de atraer a las ciudades a los hombres y las mujeres, y con el fin de lograrlo inventa toda clase de novedades y diversiones, y toda clase de recursos que resultan excitantes. Y las ciudades del mundo están llegando a ser hoy como las ciudades que existían antes del diluvio. . .
¿Quién será amonestado? Volvemos a decir: «Fuera de las ciudades». No consideréis que es una gran privación el tener que trasladaros a los cerros y las montañas, sino buscad un retiro donde podáis estar solos con Dios, para aprender su voluntad y sus caminos. . .
Insto a nuestro pueblo a que convierta la búsqueda de la espiritualidad en la obra de su vida. Cristo está a la puerta. Por esto digo a nuestro pueblo: «No consideréis que es una privación el ser llamados a dejar las ciudades para trasladaros al campo. Allí esperan abundantes bendiciones para los que deseen aprehenderlas. Al contemplar las escenas de la naturaleza, las obras del Creador, y al estudiar la obra de la mano de Dios, seréis transformados imperceptiblemente a la misma imagen» (Manuscrito 85, 1908).

NO ESPEREIS QUE UN MILAGRO DESHAGA LOS RESULTADOS DE UNA CONDUCTA IMPROPIA

Cada vez que veo estas flores pienso en el Edén. Constituyen una expresión del amor de Dios hacia nosotros. Así es como él nos proporciona en este mundo un goce anticipado del Edén. Quiere que nos deleitemos en las cosas hermosas de su creación, y que veamos en ellas una expresión de lo que él hará por nosotros.
Desea que vivamos con amplitud de espacio. Su pueblo no debe aglomerarse en las ciudades. El quiere que sus hijos lleven a sus familias fuera de las ciudades a fin de prepararlas para la vida eterna. En un poco de tiempo más tendrán que abandonarlas.
Estas ciudades están llenas de toda clase de impiedad: huelgas, asesinatos y suicidios. Satanás está en ellas y domina a los hombres en su obra destructiva. Bajo su influencia matan por el placer de matar, y harán esto cada vez más. . .
Si nos colocamos bajo influencias objetables, ¿podemos esperar que Dios realice un milagro para deshacer los resultados de una conducta impropia? Por cierto que no. Salid de las ciudades tan pronto como sea posible, y adquirid una porción de tierra donde podáis tener un huerto, donde vuestros hijos puedan ver crecer las flores y aprender de ellas lecciones de sencillez y pureza (General Conference Bulletin [Boletín de la Asociación General], 30 de marzo de 1903).

LAS INSTITUCIONES DEBEN UBICARSE EN UNA ZONA RURAL

Todavía se da esta instrucción: «Salid de las ciudades. Estableced vuestros sanatorios, escuelas y oficinas lejos de los centros de población». Ahora hay muchos que prefieren quedar en las ciudades, pero dentro de poco llegará el tiempo cuando todos los que deseen evitar ver y oír el mal se trasladarán al campo, porque la maldad y la corrupción aumentarán a tal grado que la atmósfera misma de las ciudades parecerá estar contaminada (Carta 26, 1907).
Dios ha advertido una vez tras otra que nuestras escuelas, casas editoras y sanatorios deben establecerse fuera de la ciudad, donde pueda enseñarse a los jóvenes con la mayor eficacia posible qué es la verdad. Que nadie procure utilizar los Testimonios para respaldar el establecimiento de grandes intereses comerciales en las ciudades. No invalidéis la luz que ha sido dada acerca de este asunto.
Se presentarán hombres que hablarán cosas perversas para contrarrestar las acciones que el Señor está induciendo a sus siervos a realizar. Pero ya es tiempo de que los hombres y las mujeres razonen partiendo de las causas para llegar a los efectos. Es demasiado tarde, sí, demasiado tarde para establecer grandes firmas comerciales en las ciudades; es demasiado tarde para llamar a hombres y mujeres jóvenes del campo para que vayan a las ciudades. En las ciudades están surgiendo condiciones que harán muy difícil que los que pertenecen a nuestra fe permanezcan en ellas. Por lo tanto será un gran error invertir dinero en establecimientos comerciales en las ciudades (Manuscrito 76, 1905).

HAY QUE TRABAJAR EN FAVOR DE LAS CIUDADES DESDE PUESTOS DE AVANZADA

Hasta donde sea posible, nuestras instituciones deberían estar situadas lejos de las ciudades. Debemos tener obreros para esas instituciones, y si éstas están ubicadas en las ciudades, eso significa que las familias de nuestro pueblo deben establecerse en ellas. Pero no es la voluntad de Dios que las familias de su pueblo se establezcan en las ciudades, donde hay perturbaciones y confusión constantes. Hay que evitar esto para sus hijos, porque todo el sistema está corrompido por el apresuramiento, la prisa y el ruido. El Señor quiere que las familias de su pueblo se trasladen al campo donde puedan poner su casa en la tierra, y cultivar sus propios frutales y verduras, y donde sus hijos puedan estar en contacto directo con las obras de Dios manifestadas en la naturaleza. Llevad a vuestras familias lejos de las ciudades, es mi mensaje.
Hay que hablar la verdad, ya sea que los hombres la escuchen o no. Las ciudades están llenas de tentaciones. Deberíamos planear nuestra obra de tal manera que podamos mantener a nuestros jóvenes tan lejos como sea posible de esa contaminación.
Hay que trabajar en favor de las ciudades desde puestos de avanzada. El mensajero de Dios dijo: «¿No serán amonestadas las ciudades? Sí; pero no por el pueblo de Dios que viva en ellas, sino mediante sus visitas realizadas para advertirlas de lo que acontecerá sobre la tierra» (Carta 182, 1902).

IGLESIAS, PERO NO INSTITUCIONES EN LAS CIUDADES

El Señor nos ha indicado repetidamente que debemos trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada ubicados fuera de ellas. En esas ciudades debemos tener casas de culto, como monumentos de Dios, pero las instituciones destinadas a la publicación de la verdad, a la curación de los enfermos y a la preparación de los obreros deben establecerse fuera de las ciudades. Es especialmente importante que nuestra juventud sea protegida de las tentaciones de la vida en la ciudad.
En armonía con estas instrucciones se han comprado y se han vuelto a dedicar salones de reuniones en Wáshington y en Nashville, mientras las casas editoras y los sanatorios se han establecido fuera de los centros congestionados de las ciudades, como puestos de avanzada. Este es el plan que se ha seguido al trasladar al campo otras casas editoras y sanatorios, y este mismo procedimiento se está siguiendo en Inglaterra en lo que concierne a la casa editora de Londres y también al colegio que hay allí. Ahora se nos proporciona la oportunidad de aprovechar las providencias de Dios al ayudar a nuestros hermanos en éstos y en muchos otros centros importantes a establecer la obra sobre una base firme, a fin de que avance sólidamente (Special Testimonies [Testimonios especiales], serie B, N° 8, págs. 7, 8; 1907).
Debemos ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas en nuestros esfuerzos por adquirir propiedades a bajo precio en el campo, y desde esos puestos de avanzada debemos trabajar las ciudades (Id., N° 14, pág. 7; 1902).

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PREPARACION PARA LA CRISIS DE LAS LEYES DOMINICALES

No debemos ubicarnos donde seremos forzados a estar en contacto estrecho con quienes no honran a Dios. . . Pronto surgirá una crisis con respecto a la observancia del domingo. . .
El partido del domingo se está fortaleciendo en sus pretensiones falsas, y esto significará opresión para los que decidan guardar el sábado del Señor. Debemos ubicarnos en un lugar donde podamos cumplir plenamente con el mandamiento del sábado. El Señor declara: «Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna» (Exo. 20: 9, 10). Y debemos tener cuidado de no colocarnos en un lugar donde será difícil para nosotros y nuestros hijos observar el sábado.
Si en la providencia de Dios podemos conseguir lugares lejos de las ciudades, el Señor quiere que lo hagamos. Nos esperan tiempos difíciles (Manuscrito 99, 1908).
Cuando el poder con el que se inviste a los reyes es aliado de lo bueno, ello se debe a que el que lleva la responsabilidad está bajo la influencia divina. Cuando el poder está aliado con la maldad, está ligado con los instrumentos satánicos, y obrará para destruir a los que son propiedad del Señor. El mundo protestante ha establecido un día de reposo idolátrico en el lugar donde debería estar el sábado de Dios, y va en pos de las pisadas del papado. Por esta razón veo la necesidad de que las familias del pueblo de Dios se trasladen fuera de las ciudades, a lugares apartados del campo, donde puedan cultivar la tierra y cosechar los productos que ellas mismas siembren. De este modo podrán criar a sus hijos con hábitos sencillos y saludables. Veo la necesidad de apresurarse a fin de tener todas las cosas dispuestas para la crisis (Carta 90, 1897).

Fuente: http://www.laicos.org/invitacionalcampo.html