“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

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Los que buscan al Señor lo entienden todo

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Los hombres malos no entienden el juicio: Mas los que buscan á Jehová, entienden todas las cosas.

Proverbios 28:5

Borracho y glotón

Oidme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley

3900496157_88ef61ba1b_z.jpgIsaías 51

1OIDME, los que seguís justicia, los que buscáis á Jehová: mirad á la piedra de donde fuisteis cortados, y á la caverna de la fosa de donde fuisteis arrancados.

2Mirad á Abraham vuestro padre, y á Sara que os parió; porque solo lo llamé, y bendíjelo, y multipliquélo.

3Ciertamente consolará Jehová á Sión: consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto de Jehová; hallarse ha en ella alegría y gozo, alabanza y voz de cantar.

4Estad atentos á mí, pueblo mío, y oidme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos.

5Cercana está mi justicia, salido ha mi salud, y mis brazos juzgarán á los pueblos: á mí esperarán las islas, y en mi brazo pondrán su esperanza.

6Alzad á los cielos vuestros ojos, y mirad abajo á la tierra: porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores: mas mi salud será para siempre, mi justicia no perecerá.

7Oidme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos.

8Porque como á vestidura los comerá polilla, como á lana los comerá gusano; mas mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salud por siglos de siglos.

9Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó á Rahab, y el que hirió al dragón?

10¿No eres tú el que secó la mar, las aguas del grande abismo; el que al profundo de la mar tornó en camino, para que pasasen los redimidos?

11Cierto, tornarán los redimidos de Jehová, volverán á Sión cantando, y gozo perpetuo será sobre sus cabezas: poseerán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.

12Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado?

13Y haste ya olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir: mas ¿en dónde está el furor del que aflige?

14El preso se da prisa para ser suelto, por no morir en la mazmorra, ni que le falte su pan.

15Empero yo Jehová, que parto la mar, y suenan sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

16Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, para que plantase los cielos y fundase la tierra, y que dijese á Sión: Pueblo mío eres tú.

17Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalem, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su furor; las heces del cáliz de aturdimiento bebiste, y chupaste.

18De todos los hijos que parió, no hay quien la gobierne; ni quien la tome por su mano de todos los hijos que crió.

19Estas dos cosas te han acaecido; ¿quién se dolerá de ti? asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién te consolará?

20Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como buey montaraz en la red, llenos del furor de Jehová, de la ira del Dios tuyo.

21Oye pues ahora esto, miserable, ebria, y no de vino:

22Así dijo tu Señor Jehová, y tu Dios, el cual pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, la hez del cáliz de mi furor; nunca más lo beberás:

23Y ponerlo he en mano de tus angustiadores que dijeron á tu alma: Encórvate, y pasaremos. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, á los que pasan.

La Mujer de Carácter Noble

washing-day.jpg10Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas.

11El corazón de su marido está en ella confiado, Y no tendrá necesidad de despojo.

12Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida.

13Buscó lana y lino, Y con voluntad labró de sus manos.

14Fué como navío de mercader: Trae su pan de lejos.

15Levantóse aun de noche, Y dió comida á su familia, Y ración á sus criadas.

16Consideró la heredad, y compróla; Y plantó viña del fruto de sus manos.

17Ciñó sus lomos de fortaleza, Y esforzó sus brazos.

18Gustó que era buena su granjería: Su candela no se apagó de noche.

19Aplicó sus manos al huso, Y sus manos tomaron la rueca.

20Alargó su mano al pobre, Y extendió sus manos al menesteroso.

21No tendrá temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

22Ella se hizo tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.

23Conocido es su marido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

24Hizo telas, y vendió; Y dió cintas al mercader.

25Fortaleza y honor son su vestidura; Y en el día postrero reirá.

26Abrió su boca con sabiduría: Y la ley de clemencia está en su lengua.

27Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.

28Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; Y su marido también la alabó.

29Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú las sobrepujaste á todas.

30Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme á Jehová, ésa será alabada.

31Dadle el fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.

Proverbios 31: 10-31.

¿Prolongarse han los días, y perecerá toda visión?

Ezequiel 12

1Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

2Hijo del hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oir, y no oyen; porque son casa rebelde.

3Por tanto tú, hijo del hombre, hazte aparejos de marcha, y pártete de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar á otro lugar á vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son casa rebelde.

4Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de día delante de sus ojos: mas tú saldrás por la tarde á vista de ellos, como quien sale para partirse.

5Delante de sus ojos horadarás la pared, y saldrás por ella.

6Delante de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra: porque en señal te he dado á la casa de Israel.

7Y yo hice así como me fué mandado: saqué mis aparejos de día, como aparejos de partida, y á la tarde horadé la pared á mano; salí de noche, y llevélos sobre los hombros á vista de ellos.

8Y fué á mi palabra de Jehová por la mañana, diciendo:

9Hijo del hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: ¿Qué haces?

10Diles: Así ha dicho el Señor Jehová: Al príncipe en Jerusalem es esta carga, y á toda la casa de Israel que está en medio de ellos.

11Diles: Yo soy vuestra señal: como yo hice, así les harán á ellos: al pasar á otro país irán en cautiverio.

12Y al príncipe que está en medio de ellos llevarán á cuestas de noche, y saldrán; horadarán la pared para sacarlo por ella; cubrirá su rostro para no ver con sus ojos la tierra.

13Mas yo extenderé mi red sobre él, y será preso en mi malla, y harélo llevar á Babilonia, á tierra de Caldeos; mas no la verá, y allá morirá.

14Y á todos los que estuvieren alrededor de él para su ayuda, y á todas sus compañías esparciré á todo viento, y desenvainaré espada en pos de ellos.

15Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciere entre las gentes, y los derramare por la tierra.

16Y haré que de ellos queden pocos en número, del cuchillo, y del hambre, y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las gentes adonde llegaren; y sabrán que yo soy Jehová.

17Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

18Hijo del hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con anhelo;

19Y dirás al pueblo de la tierra: Así ha dicho el Señor Jehová sobre los moradores de Jerusalem, y sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto beberán su agua; porque su tierra será asolada de su multitud, por la maldad de todos los que en ella moran.

20Y las ciudades habitadas serán asoladas, y la tierra será desierta; y sabréis que yo soy Jehová.

21Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

22Hijo del hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Prolongarse han los días, y perecerá toda visión?

23Diles por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este dicho en Israel. Diles pues: Se han acercado aquellos días, y la palabra de toda visión.

24Porque no habrá más alguna visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la casa de Israel.

25Porque yo Jehová hablaré; cumpliráse la palabra que yo hablaré; no se dilatará más: antes en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra, y cumpliréla, dice el Señor Jehová.

26Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

27Hijo del hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para muchos días, y para lejanos tiempos profetiza éste.

28Diles por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: No se dilatarán más todas mis palabras: cumpliráse la palabra que yo hablaré, dice el Señor Jehová.

Reina-Valera Antigua (RVA)

Una Exhortacion a representar a Dios ante las naciones

Isaías 49

1OIDME, islas, y escuchad, pueblos lejanos: Jehová me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

2Y puso mi boca como espada aguda, cubrióme con la sombra de su mano; y púsome por saeta limpia, guardóme en su aljaba.

3Y díjome: Mi siervo eres, oh Israel, que en ti me gloriaré.

4Yo empero dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mi fortaleza; mas mi juicio está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

5Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre por su siervo, para que convierta á él á Jacob. Bien que Israel no se juntará, con todo, estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fortaleza.

6Y dijo: Poco es que tú me seas siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures los asolamientos de Israel: también te dí por luz de las gentes, para que seas mi salud hasta lo postrero de la tierra.

7Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las gentes, al siervo de los tiranos. Verán reyes, y levantaránse príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.

8Así dijo Jehová: En hora de contentamiento te oí, y en el día de salud te ayudé: y guardarte he, y te daré por alianza del pueblo, para que levantes la tierra, para que heredes asoladas heredades;

9Para que digas á los presos: Salid; y á los que están en tinieblas: Manifestaos. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres serán sus pastos.

10No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá á manaderos de aguas.

11Y tornaré camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.

12He aquí estos vendrán de lejos; y he aquí estotros del norte y del occidente, y estotros de la tierra de los Sineos.

13Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes: porque Jehová ha consolado su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

14Mas Sión dijo: Dejóme Jehová, y el Señor se olvidó de mí.

15¿Olvidaráse la mujer de lo que parió, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.

16He aquí que en las palmas te tengo esculpida: delante de mí están siempre tus muros.

17Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti.

18Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido á ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

19Porque tus asolamientos, y tus ruinas, y tu tierra desierta, ahora será angosta por la multitud de los moradores; y tus destruidores serán apartados lejos.

20Aun los hijos de tu orfandad dirán á tus oídos: Angosto es para mí este lugar; apártate por amor de mí, para que yo more.

21Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró estos? porque yo deshijada estaba y sola, peregrina y desterrada: ¿quién pues crió éstos? He aquí yo estaba dejada sola: éstos ¿dónde estaban?

22Así dijo el Señor Jehová: He aquí, yo alzaré mi mano á las gentes, y á los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.

23Y reyes serán tus ayos, y sus reinas tus amas de leche; el rostro inclinado á tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies: y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que me esperan.

24¿Será quitada la presa al valiente? ó ¿libertaráse la cautividad legítima?

25Así empero dice Jehová: Cierto, la cautividad será quitada al valiente, y la presa del robusto será librada; y tu pleito yo lo pleitearé, y yo salvaré á tus hijos.

26Y á los que te despojaron haré comer sus carnes, y con su sangre serán embriagados como mosto; y conocerá toda carne que yo Jehová soy Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Advertencias sobre las Artimañas de la ramera

Proverbios 7

1HIJO mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos.
2Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.

3Lígalos á tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.

4Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; Y á la inteligencia llama parienta:

5Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.

6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,

7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, Un mancebo falto de entendimiento,

8El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, E iba camino de su casa,

9A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.

10Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,

11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;

12Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, Acechando por todas las esquinas.

13Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:

14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;

15Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

16Con paramentos he ataviado mi cama, Recamados con cordoncillo de Egipto.

17He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.

18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.

19Porque el marido no está en casa, Hase ido á un largo viaje:

20El saco de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá á su casa.

21Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, Obligóle con la blandura de sus labios.

22Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;

23Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.

24Ahora pues, hijos, oidme, Y estad atentos á las razones de mi boca.

25No se aparte á sus caminos tu corazón; No yerres en sus veredas.

26Porque á muchos ha hecho caer heridos; Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.

27Caminos del sepulcro son su casa, Que descienden á las cámaras de la muerte.

Proverbios 15

Proverbios 15

1LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
2La lengua de los sabios adornará la sabiduría: Mas la boca de los necios hablará sandeces.

3Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando á los malos y á los buenos.

4La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.

5El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo.

6En la casa del justo hay gran provisión; Empero turbación en las ganancias del impío.

7Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios.

8El sacrificio de los impíos es abominación á Jehová: Mas la oración de los rectos es su gozo.

9Abominación es á Jehová el camino del impío: Mas él ama al que sigue justicia.

10La reconvención es molesta al que deja el camino: Y el que aborreciere la corrección, morirá.

11El infierno y la perdición están delante de Jehová: ¡Cuánto más los corazones de los hombres!

12El escarnecedor no ama al que le reprende; Ni se allega á los sabios.

13El corazón alegre hermosea el rostro: Mas por el dolor de corazón el espíritu se abate.

14El corazón entendido busca la sabiduría: Mas la boca de los necios pace necedad.

15Todos los días del afligido son trabajosos: Mas el de corazón contento tiene un convite continuo.

16Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay turbación.

17Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio.

18El hombre iracundo mueve contiendas: Mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.

19El camino del perezoso es como seto de espinos: Mas la vereda de los rectos como una calzada.

20El hijo sabio alegra al padre: Mas el hombre necio menosprecia á su madre.

21La necedad es alegría al falto de entendimiento: Mas el hombre entendido enderezará su proceder.

22Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.

23Alégrase el hombre con la respuesta de su boca: Y la palabra á su tiempo, ¡cuán buena es!

24El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del infierno abajo.

25Jehová asolará la casa de los soberbios: Mas él afirmará el término de la viuda.

26Abominación son á Jehová los pensamientos del malo: Mas las expresiones de los limpios son limpias.

27Alborota su casa el codicioso: Mas el que aborrece las dádivas vivirá.

28El corazón del justo piensa para responder: Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.

29Lejos está Jehová de los impíos: Mas él oye la oración de los justos.

30La luz de los ojos alegra el corazón; Y la buena fama engorda los huesos.

31La oreja que escucha la corrección de vida, Entre los sabios morará.

32El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma: Mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento.

33El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría: Y delante de la honra está la humildad.