“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

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Vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, é Isaac, y Jacob, en el reino de los cielos

5 Y entrando Jesús en Capernaum, vino á él un centurión, rogándole,
6 Y diciendo: Señor, mi mozo yace en casa paralítico, gravemente atormentado.
7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di la palabra, y mi mozo sanará.
9 Porque también yo soy hombre bajo de potestad, y tengo bajo de mí soldados: y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
10 Y oyendo Jesús, se maravilló, y dijo á los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado fe tanta.
11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, é Isaac, y Jacob, en el reino de los cielos:
12 Mas los hijos del reino serán echados á las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creiste te sea hecho. Y su mozo fué sano en el mismo momento.

Mateo 8:5-13.

No podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios

1 Corintios 10

1PORQUE no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la mar;

2Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar;

3Y todos comieron la misma vianda espiritual;

4Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo.

5Mas de muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual fueron postrados en el desierto.

6Empero estas cosas fueron en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

7Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos, según está escrito: Sentóse el pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar.

8Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veinte y tres mil.

9Ni tentemos á Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.

10Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.

11Y estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admonición, en quienes los fines de los siglos han parado.

12Así que, el que piensa estar firme, mire no caiga.

13No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podeís llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.

14Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.

15Como á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo.

16La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

17Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.

18Mirad á Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes con el altar?

19¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado á los ídolos?

20Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo sacrifican, y no á Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios.

21No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.

22¿O provocaremos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que él?

23Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.

24Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.

25De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia;

26Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.

27Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.

28Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.

29La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?

30Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?

31Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.

32Sed sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios;

33Como también yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

Reina-Valera Antigua (RVA)

¿y cómo creerán á aquel de quien no han oído? ¿y cómo oirán sin haber quien les predique?

Romanos 10

1HERMANOS, ciertamente la voluntad de mi corazón y mi oración á Dios sobre Israel, es para salud.

2Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme á ciencia.

3Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado á la justicia de Dios.

4Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia á todo aquel que cree.

5Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: Que el hombre que hiciere estas cosas, vivirá por ellas.

6Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo á Cristo:)

7O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver á traer á Cristo de los muertos.)

8Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos:

9Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

10Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud.

11Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

12Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan:

13Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

14¿Cómo, pues invocarán á aquel en el cual no han creído? ¿y cómo creerán á aquel de quien no han oído? ¿y cómo oirán sin haber quien les predique?

15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, de los que anuncian el evangelio de los bienes!

16Mas no todos obedecen al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído á nuestro anuncio?

17Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios.

18Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la fama de ellos, Y hasta los cabos de la redondez de la tierra las palabras de ellos.

19Mas digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré á celos con gente que no es mía; Con gente insensata os provocaré á ira.

20E Isaías determinadamente dice: Fuí hallado de los que no me buscaban; Manifestéme á los que no preguntaban por mí.

21Mas acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos á un pueblo rebelde y contradictor.

El reino de los cielos se ha acercado

castillo.jpg 5á estos doce envió Jesús, á los cuales dió mandamiento, diciendo: Por el camino de los Gentiles no iréis, y en ciudad de Samaritanos no entréis;

6Mas id antes á las ovejas perdidas de la casa de Israel.

7Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.

8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios: de gracia recibisteis, dad de gracia.

9No aprestéis oro, ni plata, ni cobre en vuestras bolsas;

10Ni alforja para el camino, ni dos ropas de vestir, ni zapatos, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento.

11Mas en cualquier ciudad, ó aldea donde entrareis, investigad quién sea en ella digno, y reposad allí hasta que salgáis.

12Y entrando en la casa, saludadla.

13Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá á vosotros.

14Y cualquiera que no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa ó ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.

15De cierto os digo, que el castigo será más tolerable á la tierra de los de Sodoma y de los de Gomorra en el día del juicio, que á aquella ciudad.

16He aquí, yo os envío como á ovejas en medio de lobos: sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

17Y guardaos de los hombres: porque os entregarán en concilios, y en sus sinagogas os azotarán;

18Y aun á príncipes y á reyes seréis llevados por causa de mí, por testimonio á ellos y á los Gentiles.

19Mas cuando os entregaren, no os apuréis por cómo ó qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado qué habéis de hablar.

20Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

21Y el hermano entregará al hermano á la muerte, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.

22Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre; mas el que soportare hasta el fin, éste será salvo.

23Mas cuando os persiguieren en esta ciudad, huid á la otra: porque de cierto os digo, que no acabaréis de andar todas las ciudades de Israel, que no venga el Hijo del hombre.

24El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.

25Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de la familia llamaron Beelzebub, ¿cuánto más á los de su casa?

26Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.

27Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído predicadlo desde los terrados.

28Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Mateo 10:5-28.