“Porque no hará nada Jehova el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amos 3:7.

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LOS OVNI Y LA VIDA EXTRATERRESTRE

En nuestros días es muy común el tema de los OVNI. En Puerto Rico, sobre todo, se habla muchos avistamientos y hasta de contactos con extraterrestres. Es increíble que tanta gente crea en estas cosas sin ni siquiera analizarlo científicamente.

Hace unas décadas se decía que los llamados platos voladores provenían de Marte. Hoy, luego de las exploraciones de este planeta por equipos norteamericanos, se sabe que en ese planeta no puede vivir ni un mosquito. Los propagandistas de los OVNI dicen hoy que esos aparatos misteriosos vienen de Las Pléyades u otras galaxias del cosmos.

Debemos detenernos y pensar cómo podría viajar un vehículo por el espacio. A que velocidad. Pensemos por un instante: la estrella más cercana a nuestro sistema solar, Alfa Centauro, está a cerca de 5 años luz de nosotros. La luz viaja a 300,000 kilómetros por segundo. Eso quiere decir que un minuto luz tendría una longitud de 18 millones de kilómetros. Una hora luz tendría 1,080 millones. Un día luz sería 25,920 millones. Un mes, 777,600 millones. Un año luz tendría la friolera de 9,300,800 millones de kilómetros. Los 5 años luz que nos separan de Alfa Centauro equivaldrían a más de 40,000,000 millones de kilómetros. Esto quiere decir que si un aparato pudiera volar a 1,000,000 de kilómetros por hora, saliendo de nuestro sistema solar, sin detenerse, llegaría a esa estrella en 125.000 años.

Dirán los profetas de los OVNI que esos vehículos vuelan de forma diferente y usan expresiones extrañas para defender sus planteamientos, pero la verdad es que no hay defensa posible.

Una cosa es ciertísima: no estamos solos en el universo. Los millones de cuerpos celestes que vemos en el firmamento no son meros adornos, sino constelaciones, galaxias, soles y planetas creados por Dios. En ese cielo estelar hay millones de planetas habitados. Pensemos: sólo en la Vía Láctea, galaxia a la cual pertenece nuestro sistema solar, hay unos 200 billones de soles. Si cada uno tiene, como nuestro sistema, una familia de planetas que gira a su alrededor, y en sólo uno de ellos hay vida semejante a la nuestra, tenemos 200 billones de planetas habitados en apenas una de miles de galaxias.

En todo el cosmos, donde único hay pecado y toda sus secuela, es aquí en nuestro planeta. De lo contrario, tendría que Cristo ir a cada uno de ellos y dar su vida para salvarlos del pecado. El mismo Dios que creó al hombre a su imagen en nuestra tierra, ha creado seres semejantes en cada planeta habitado. Estos seres nos estudian, saben de las consecuencias del pecado y han decidido por sí mismos no desobedecer las órdenes de Dios. Viven en perfecta armonía, sin muerte, sin enfermedad y sin guerras. Ellos pueden viajar sin necesidad de aparato alguno a velocidades superiores a la de la luz. Ellos quisieran venir aquí, pero la barrera del pecado se lo impide. Pero pronto, cuando el Dios nuestro y de ellos transforme nuestro planeta y sus moradores, entonces habrá una estrecha relación entre ellos y nosotros.

Los tripulantes de esas naves que supuestamente vienen a la tierra son de diversas formas. La mayoría de los que dicen haberlos visto indican que son hombrecillos grises con sólo cuatro dedos en las manos, muy flacos, pero con cabezas desproporcionadas y calvas. Sus bocas son muy pequeñas y por nariz solo tienen unos hoyuelos. Los ojos son grandes, rasgados y todo oscuro, sin blanco. Con tal apariencia, se suponen sumamente inteligentes. En las más recientes películas los ponen con tentáculos y apariencia de animales.

Lo que sí tenemos que visualizar es que en estos últimos días, el enemigo de Dios y de su pueblo está usando toda artimaña posible para acrecentar sus engaños. Ahora no se puede decir que sólo los incultos son engañados. Por medio del espiritismo, el diablo ha llegado a las clases más altas. Por los OVNI ya ha logrado penetrar a la clase científica. Los OVNI son hechos en el taller de Satanás y los seres extraños que aparecen no son otra cosa que miembros de la hueste satánica.

Tenemos que estar listos a negar lo que perciben nuestros sentidos, pues el diablo usará todo los métodos a su alcance para engañar. Pronto esa marejada de avistamientos y encuentros serán más frecuentes. La radio, periódicos y la televisión siempre están listos a dar publicidad a todos los que pretenden ver estas cosas. La mayoría de los casos son invención de los engañados, pero, como en el espiritismo, hay momentos en que sí suceden algunas cosas, pero no provienen de Dios sino del padre de la mentira. Mucha gente se llena la cabeza de fantasías y puede ver cosas extrañas.

La Biblia presenta la aparición del falso Cristo. Esto lo encontramos en 2 Tesalonicenses 2:1-12. Este personaje imitará la venida de Cristo y realizará grandes milagros (verso 9). Él vendrá una vez sea quitado “el que ahora impide”, que es el Espíritu Santo, quien está ahora mientras dure el tiempo de gracia. Una vez termine este tiempo de oportunidad y el Espíritu Santo culmine su obra en la tierra, entonces nada impedirá que “el misterio de iniquidad” se manifieste.

Es posible que esa personificación satánica venga a nuestra tierra en uno de esos platívolos o naves nodrizas. Su propósito es unir los grandes poderes religiosos, mencionados en Apocalipsis 16 como “el dragón, la bestia y el falso profeta. En esto tres se concentran toda las ideologías religiosas del mundo. De las bocas de ellos, continua la profecía, salen “tres espíritus inmundos a manera de ranas”. Estos van a los reyes o gobernantes de la tierra para unirlos para la final batalla, que se llama Armagedón.

El tema de Armagedón es hoy muy estudiado. Casi todos los intérpretes de las profecías insisten en que esta es una guerra literal en un lugar geográfico, el cual todos coinciden que es el Valle de Megido, en el Medio Oriente. Pero realmente esa batalla es espiritual. Es el clímax de la lucha entre el bien y el mal. Toda la tierra será el campo de batalla. Cada uno de nosotros tendremos parte en ese conflicto, que, después de todo, está en su parte preliminar.

En nuestros días predomina lo que se antoja llamar “La Nueva Era”. En esta nueva modalidad de religión caben todas las creencias, iglesias, deno-minaciones y filosofías del mundo, sobre todo el hinduismo y el espiritismo, de donde parte esta moderna herejía. Debido al descuido de la Santa Palabra de Dios, La Biblia, los profesos cristianos están enredándose con los conceptos sofisticados de la Nueva Era. Por doquiera vemos centros de estudio de Dianética, Esotérica, Espiritualismo, Yoga, Bahai y un sin fin de sectas orientales. En esta maraña de dogmas y creencias extrañas no pueden faltar las asociaciones y centros de estudios de los OVNI. Todo estudiante concienzudo de las profecías de la Biblia tiene que llegar a la conclusión de que estamos muy cerca del fin.

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